viernes, 22 de julio de 2011

Libertadores de Iberoamérica: Artigas - La Redota

En el marco de las celebraciones de los Bicentenarios que se están llevando a cabo desde el pasado año en Iberoamérica, Televisión Española está financiando una serie de ocho películas que integran la colección “Libertadores”, relativas a los héroes de las independencias iberoamericanas.

En el caso de Uruguay, el próximo lunes 25 de julio tendrá lugar en el Teatro Solís  l’avant-première de Artigas – La Redota, una película de César Charlone que partiendo del retrato que Juan Manuel Blanes realizó del libertador reconstruye la leyenda de Artigas. El realizador uruguayo afincado en Brasil narra como el pintor uruguayo (interpretado por Yamandú Cruz) en su labor de retratar al libertador, da con las anotaciones de Aníbal Larra (interpretado por Rodolfo Sancho) que haciéndose pasar por periodista de un diario estadounidense se infiltra en el campamento con el objetivo de asesinar a Artigas.

La colección entera, llamada “Libertadores” está compuesta de ocho películas que narran las historias de José de san Martín (Argentina), José Martí (Cuba), Miguel Hidalgo (México), Simón Bolívar (Venezuela), Tupac Amaru (Perú), Joaquín José da Silva Xavier (Brasil) y Bernardo O’Higgins (Chile).

La película se estrenará en todas las salas de cine del Uruguay el próximo viernes 29 de julio.

viernes, 8 de julio de 2011

Primera tertulia: ¿cómo sería nuestra identidad sin Ẽ? Somos como somos, pero somos contagiosos…


“¿Alguien tendrá unos lentes de 1.5 de presbicia para prestarme?” preguntó Gerardo Sotelo antes de comenzar la presentación. Eran las 19:05 de una tarde de invierno en toda regla, fuera, hacía un frío terrorífico, en la cafetería del CCE el ambiente era agradable, y una veintena de personas se habían animado a desafiar al viento para asistir a la primera tertulia del ciclo “¿Como seríamos sin E?”, el tema: la Identidad.


“¿Le sirve 2.5?” preguntó una señora, “yo tengo de 2”, dijo otra voz. Mientras, el moderador se iba probando los distintos lentes que llegaban a su mesa, “es que me olvidé los míos, y ahora no puedo leer el texto que preparé”. Finalmente unos le sirvieron y comenzó entonces a presentar al tema de la tertulia, la Identidad, antes de presentar a los dos ponentes, con la anécdota de su llegada a un evento de Parva Domus, y relacionando la identidad con los valores familiares.


La primera ponente, Alicia Casa de Barrán, comenzó su exposición hablando sobre el significado del término identidad, haciendo especialmente hincapié en la distinción entre identidad de la sociedad e identidad de la nación. La identidad nacional se desarrollaría bajo la influencia de elementos sentimentales como el orgullo de la pertenencia y la necesidad de afirmarse frente a los demás, diferenciándose de las demás naciones. Añadía a continuación que, siendo la identidad una construcción social, esta se encuentra sujeta a los cambios históricos, y bajo esa influencia se ha ido desarrollando la identidad uruguaya también. Cuando nació, a finales del siglo XIX- principios del siglo XX se quería diferenciar a la sociedad uruguaya del resto de sociedades latinoamericanas e incluir a la población criolla europea en esta. Por ello se fue construyendo alrededor de tres pilares fundamentales: la piel blanca, la alta cultura francesa y el origen español e italiano de la población. Más adelante con las distintas crisis, se quiso desvincular a la identidad uruguaya de la España franquista, para luego volver a querer vincularse a la España de la Unión Europea y del crecimiento económico. Y así seguirá siendo afectada, la identidad uruguaya, por los cambios históricos. Casas concluyó con una anécdota, la noticia de un concierto de celebración del “Día Europeo de la Música” de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias en España, con un programa exclusivamente de tango: “Somos como somos, a pesar de o por fortuna de. Eso sí, somos contagiosos”.


Luís Bértola empezó rememorando su fecha de nacimiento, 1954, que suele ponerse como inicio del deterioro económico del Uruguay, y se definió como uno más de los “hijos de la destrucción del europeísmo” uruguayo… De forma cómica, el economista comentó que esta es una generación obsesionada con las causas de la crisis económica del país, y que lo más fácil, obviamente, era echarle la culpa de todo a la herencia española… y sin embargo, añadió, es posible que las cosas hubieran sido igual de haber sido otro el colonizador, y para ilustrar esta afirmación de manera divertida, rememoró un comercial de la televisión que mostraba un Montevideo anglófono, pero en el que las cosas al final eran más o menos iguales que ahora… Bértola continuó con una visión más material de la construcción de la identidad uruguaya, haciendo hincapié en los factores económicos (la propiedad de la tierra, la debilidad de las elites locales), tanto en los valores económicos que trajo el colonizador, como en las riquezas naturales que encontró al desembarcar. Consideró importante hablar de una identidad más grande, la de América Latina, que estaría compuesta por tres pilares: las culturas precolombinas, sociedades extremadamente complejas, a la que no debía aplicárseles sin más el mito del socialismo primitivo pues eran sociedades esclavista, la herencia de la sociedad española, y el neocolonialismo de los siglos XIX y XX.


A continuación los asistentes participaron con preguntas y aportes varios: en muchos casos, con vivencias personales, y también con análisis discrepantes o con matices. La tertulia estaba servida…




IDENTIDAD NACIONAL por Alicia Casas de Barrán*


        El problema de la identidad puede implicar varios sujetos. La identidad como fenómeno de la Nación, como la Nación se ve a si misma, como interpreta su pasado, su presente y su porvenir, que factores en común cree encontrar que la identifican y sobretodo la diferencia del resto de las naciones, particularmente las de su entorno.

        Otro sujeto la identidad de la sociedad. Como la sociedad se percibe, como expresa sus características, sus virtudes y sus deficiencias. Lo que diferenciaría las dos identidades es más que el sentimiento de pertenencia el sentimiento de orgullo de la pertenencia.

        En el caso de la identidad nacional ese orgullo está siempre a flor de piel y la identidad es a menudo confrontativa y aparece como una reacción de afirmación frente al otro o los otros.
        En todos esos casos, sin embargo, la Identidad es siempre una creación, una invención de la Nación, de la sociedad en su conjunto, o de los diversos grupos sociales que la integran. Y si es una invención esta sujeta al cambio histórico, a la diversidad de las solicitaciones que provienen de los presentes y de los diversos grupos de la sociedad.

        La identidad de la nación uruguaya, por ejemplo, se construyó sobretodo a fines de siglo XIX y comienzos del XX con el objetivo de incluir a la inmigración europea en el seno de la sociedad criolla receptora, y particularmente con la finalidad de diferenciar a la nación uruguaya del resto de los países iberoamericanos.

        Así, en el (a menudo muy bien fundado) imaginario de aquella sociedad, lo extranjero entendido como lo europeo comenzó a ser parte de ser nacional, y lo iberoamericano entendido como lo indígena, a ser parte del otro.

        El orgullo de los uruguayos en 1900 consistía en ser blancos, descendientes de la inmigración española e italiana, nutridos por la alta cultura de origen francés, y haber construido una sociedad política democrática.

        Este imaginario, comenzó a cambiar cuando la crisis económica de la segunda mitad del siglo XX hizo que la sociedad dudara de él, y luego comenzara a crear otro en su sustitución.
        Y así, en el imaginario colectivo y los medios de izquierda especialmente, comenzaron a afirmarse a al identificación del ser nacional uruguayo con lo iberoamericano y sus problemas y a ser juzgada la europeización como meramente superficial o como una traición a la esencia dependiente de Iberoamérica.

        Los rasgos de la identidad también varían de acuerdo a cambios, solo en apariencia menos profundos, que existen en la historia de las sociedades. Pero no solamente existen las identidades colectivas, también existen las identidades grupales.
        De aquí en más podemos preguntarnos como se habrían conformado esas identidades grupales y/o colectivas sin la presencia de España.

        El Tratado de Tordesillas (1494) dispuso una línea imaginaria a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde y dispuso además que más allá de esa línea, las tierras descubiertas o por descubrir quedarían en posesión de España. Y allí estamos nosotros.

        Dicen por allí que entre nuestras señales identitarias se cuenta que somos grises, tristones, que tenemos algo así como alma de tango.

        Trabajé con un Rector con quien hablamos bastante de nuestros antepasados. Sus abuelos eran gallegos, el los recordaba como personas taciturnas a las nunca había visto ni oído reír.

        Yo conviví 20 años con mi abuela catalana, una señora vestida de negro, llevó luto por su esposo toda su vida y me sucedió lo mismo ni en la foto que aun conservo se sonrió. Esos migrantes que vinieron a lejanas tierras en busca de un destino mejor, tuvieron sentimientos contradictorios, por un lado la esperanza y por otro la nostalgia del terruño perdido. Nosotros somos el producto de aquella esperanza y a la vez de aquella nostalgia.

        Con esto no estoy queriendo significar que si España no hubiese estado en nosotros, seríamos alegres como castañuelas. Lo que si quiero decir es que nuestra veta gris, o sepia para ser más teniente, es contagiosa.

        Leeré dos párrafos que aparentemente avalan lo dicho:

La Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) celebra el próximo martes, 21 de junio, el “Día Europeo de la Música” con el estreno en España del concierto “Tango Sinfónico”.

Según información de la organización, este espectáculo contará con el tenor José Manuel Zapata interpretando títulos del género como “Cambalache”, “Volver”, “Nostalgia” o “Por una cabeza”. Dirigió este espectáculo Joan Alber Amargós, un prestigiosos director.

        Somos como somos, a pesar de o por fortuna de. Eso sí, somos contagiosos.







* Directora del Archivo General de la Nación. Profesora de la Universidad de la República. Montevideo, Uruguay.